Un equipo de TVE ha sido retenido en el aeropuerto de Caracas y está a la espera de ser expulsado a Bogotá. "Nos han quitado los pasaportes y tirados en el suelo encerrados en un cuarto”
Entre la presión bufunesca del populismo y el estado de ruptura total que vive el PSOE, con un Pedro Sánchez al frente de los no conformes, Mariano Rajoy ha ganando de momento la partida colocándose al frente de un nuevo tiempo político a pesar de ser el de más edad de los aspirantes. El escenario, sin embargo, sigue siendo extremadamente convulso y volátil. La primera pregunta a resolver es quién serán los integrantes del próximo gobierno.
El ex secretario general del PSOE Pedro Sánchez ha anunciado que ha renunciado a su acta de diputado y deja su escaño para no verse obligado a romper la disciplina de voto del PSOE y desobedecer el mandato del Comité Federal.
Javier Ollo, de Geroa Bai, ha recibido a través de un apartado de la web del Ayuntamiento estos insultos y amenazas.
La sesión de investidura a Mariano Rajoy ha estado en todo momento condicionada por los juegos malabares del populismo que en algún momento han alcanzado la categoría de bufonada. Pedro Sánchez ha estado durante estos días presente pero en forma de sombra amenazante, de manera que todo el territorio del antimarianismo visceral quedó en manos de un Pablo Iglesias que ha aprovechado la ocasión para fragmentar el panorama político entre Podemos y el resto, lo que él ha llamado La Triple Alianza.
"Me debo al honor de mi patria y de los ciudadanos de este país, y no de esta Cámara",
Podemos e IU forman parte de la candidatura de Carmena, que tendrá que enviar a la Policía Municipal.
Podemos, con un pie en la moqueta del palacio de la Carrera de San Jerónimo y el otro en el griterío callejero, quiere poner en cuestión, una vez más, las reglas del juego parlamentario que son las que van a permitir a Rajoy ser investido presidente. La aritmética parlamentaria, a la que ellos acuden para justificar su "gobierno del cambio", no les sirve ahora y por eso la boicotean.
Tras el batacazo sufrido en el Comité Federal del PSOE el pasado 1 de octubre y unas vacaciones en EEUU, Pedro Sánchez, ambicioso como solamente él sabe, está comenzando su particular batalla para colocarse al frente del bando que dentro de su partido recibe el nombre de "sanchista".El acto de presentación puede tener lugar estos días en el Congreso de los Diputados.