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Javier-López
Estos días últimos de Mayo comienza a dilucidarse en buena medida el futuro de la izquierda en España. Las primarias del PSOE y su resultado nos pondrán en la pista de qué rumbo toma la izquierda española. El desbarajuste en otros países de nuestro entorno está siendo total. La socialdemocracia que nació tras la Segunda Guerra Mundial ha entrado en la mayor crisis de su historia, ha perdido pulso e identidad y se tambalea hasta el punto de que nadie a día de hoy adivina donde está el final del túnel. La socialdemocracia junto con la democracia cristiana, es decir, el centro izquierda y el centro derecha, consiguieron crear en los países de Europa Occidental el Estado del Bienestar que nos ha permitido vivir, en términos materiales, mejor que nunca y mejor que en cualquier otro rincón del mundo, pero llegados a este punto la formula parece agotada. Los profetas del desastre proliferan y los aprovechados dicen que no hay otro camino que ajustarse el cinturón en una única dirección: más productividad pero con menos derechos, no con más responsabilidad. Por su parte, el populismo se hace eco del desconcierto y también lo aprovecha para hacer caja. El populismo es un submarino morado en un mar desconcertado.