lunes, 29 de abril de 2024 07:21h.
populismo
Opinion

El PSOE y el submarino morado

Javier-López

Estos días últimos de Mayo comienza a dilucidarse en buena medida el futuro de la izquierda en España. Las primarias del PSOE y su resultado nos pondrán en la pista de qué rumbo toma la izquierda española. El desbarajuste en otros países de nuestro entorno está siendo total. La socialdemocracia que nació tras la Segunda Guerra Mundial ha entrado en la mayor crisis de su historia, ha perdido pulso e identidad y se tambalea hasta el punto de que nadie a día de hoy adivina donde está el final del túnel. La socialdemocracia junto con la democracia cristiana, es decir, el centro izquierda y el centro derecha, consiguieron crear en los países de Europa Occidental el Estado del Bienestar que nos ha permitido vivir, en términos materiales, mejor que nunca y mejor que en cualquier otro rincón del mundo, pero llegados a este punto la formula parece agotada. Los profetas del desastre proliferan y los aprovechados dicen que no hay otro camino que ajustarse el cinturón en una única dirección: más productividad pero con menos derechos, no con más responsabilidad. Por su parte, el populismo se hace eco del desconcierto y también lo aprovecha para hacer caja. El populismo es un submarino morado en un mar desconcertado.

Política
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Podemos comienza a jugar a favor de Sánchez desafiando a PSOE y Ciudadanos

El juego no ha hecho más que comenzar: Pablo Iglesias pretende dinamitar cualquier entendimiento entre PSOE y Ciudadanos, al tiempo que coloca la alternativa de Pedro Sánchez como la única válida para colocarse al frente del socialismo. En el nuevo enredo populista, lo menos importante realmente es la moción de censura.

Opinion
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¡Pater Noster!

#ENS

Marion Maréchal-Le Pen es una joven francesa a la que todos apuntan como la sucesora de Marine al frente del populismo francés. Estos días el periodista español Jordi Evole le mostró la imagen de una mujer africana de Costa de Marfil, por lo demás antigua colonia francesa. Ante sus declaraciones la joven Le Pen dijo: "Se equivoca legitimamente, pero se equivoca". La mujer expresaba su deseo de ganarse la vida en Francia para poder alimentar a su prole. ¿Es más estremecedora la situación de la pobre mujer africana o la frialdad glaciar de la joven populista a la hora de valorar si las -según ella-  supuestas equivocaciones son  legítimas o no?. Si, además, al final la entrevista termina recitando el Padre Nuestro en latín (a petición del entrevistador) el batiburrillo es mayúsculo. Seguramente a los populistas de aquí y allá les falta, -en algunos casos por posición social y en otros por soberbia intelectual-, empatía, piel y coraje para ponerse en el pellejo del pueblo al que dicen querer salvar. El populismo no ama al pueblo, se sirve de él.