viernes, 26 de abril de 2024 18:46h.

Cuando Pablo Iglesias mató a Pancho Villa

Javier-López

Esa forma de plantear los mensajes, ese poner el foco de una forma tan extremada sobre el líder rodeado en el estrado de los guardianes del movimiento aunque siempre lo suficientemente destacado del equipo y en otro plano, presentándose desde del centro del escenario de forma imponente ante las masa enfervorizada que grita el nombre del caudillo en los graderios…Todo eso está más que inventado, en comunicación política más que estudiado y quien lo llevó a la práctica de forma más eficaz.

IMAGEN
IMAGEN

Fue María Dolores Cospedal la que hace unos días denominó a Podemos como el ejército de Pancho Villa para poner el dedo en la llaga del calamitoso estado de  una formación deslavazada con pelea televisada entre pablistas y errejonistas. Pero a día de hoy el panchovillismo tiene los días contados:  Pablo Iglesias, que sigue uno tras otro los pasos de los caudillos populistas que en la historia han sido, se encargará muy pronto de torcer cualquier intento de discrepancia, y mucho más de disidencia. 

De manera que lo que quedaba de ejército de Pancho Villa ha comenzado a morir, y Podemos ya no es guerrilla mediática desordenada y anarquicamente vociferante sino cuerpo disciplinado atento a la voz del líder que día tras día nos sigue ofreciendo a golpe de coleta una puesta en escena con claras reminiscencias fascistas, y sé que tal apreciación no está exenta de polémica, pero: esa forma de plantear los mensajes, ese poner el foco de una forma tan extremada sobre el líder rodeado en el estrado de los guardianes del movimiento aunque siempre lo suficientemente destacado del equipo y en otro plano, presentándose desde del centro del escenario de forma imponente ante las masa enfervorizada que grita el nombre del caudillo en los graderios…Todo eso está más que inventado, en comunicación política más que estudiado y quien lo llevó a la práctica de forma más eficaz. Y no disimula la eficacia del efecto buscado el que se amenice la velada con piano-jazz en lugar de con rotundas marchas de acordes militares.

Pablo Iglesias al paso que va, y con tanto que le gusta usar la palabra patría, acabará diciendo que la patria es él mismo, eso sí,  para acto seguido firmar el convenio pertinente con las fuerzas independentistas que tan necesarias le son si quiere seguir cabalgando con una cierta comodidad por las movedizas arenas políticas españolas.

Solamente quedaba Podemos para que los ejércitos de Pancho Villa pasaran a mejor vida en la reciente historia política española porque lo que ocurre en el PSOE no es tanto indisciplina como falta total y absoluta de destino si no lo remedían pronto para bien de España. Solamente el PSOE tiene capacidad potencial para desactivar desde la izquierda a ese caudillo del peor populismo investido en Vistalegre casi por aclamación.

Se ha impuesto en Podemos la vieja consigna mussoliniana según la cual “el jefe siempre tiene razón”. Poco lugar a partir de ahora a los disconformes en la formación morada. Ya se lo advirtió Juan Carlos Monedero al diputado errejonista Juan Pedro Yllanes en el Congreso de los Diputados: “Aprovecha para hablar antes de Vistalegre”. Después vendrá la purga, le faltó por añadir, aunque a buen entendedor pocas palabras bastan.

Artículo publicado en Diario16