domingo, 28 de abril de 2024 17:09h.

Fiesta de la Hispanidad

¿Por qué celebrar España?

Javier López

Reivindicar a España debería ser lo revolucionario, y por el contrario, postular su ruptura o la indiferencia ante tan descomunal hecho histórico lo reaccionario y retrogrado. España es un factor de igualdad y la mejor garantía para estar en Europa y el mundo con los pies bien atornillados. Pero muchos en nuestro país no lo entienden.

viva la patria mafalda
viva la patria mafalda

Celebrar la fiesta de España es una de los grandes momentos del año, y a pesar de eso hay demasiadas personas en nuestro país que no quieren hacerlo. Incluso poniendo como excusa verdades que están al alcance de todos como que hacer patria es  estar “en la defensa de los derechos y la justicia social y no en desfiles y comiendo canapés”. Lo dice Pablo Iglesias, maestro absoluto de la manipulación y las verdades a medias,  porque no acudir a los actos del día de la Fiesta Nacional (mucho más teniendo una representación pública) es algo así como si un católico se negará a acudir a misa  porque hay sacerdotes pederastas o sinvergüenzas. Pero en Podemos se las gastan así: su mensaje está plagado de diagnósticos que muchos pueden compartir pero los objetivos son  confusos y difusos.  Pablo Iglesias sabe que se puede ir al desfile un día y trabajar por los compatriotas que más lo necesitan el resto. Pero Pablo Iglesias no hace ni una cosa ni la otra.

Es bueno celebrar al país al que se pertenece, mucho más cuando se tiene la suerte de pertenecer a uno tan grande sin cuya presencia el mundo hubiese sido, no sé si mejor o peor, pero desde luego de otra manera. Sin la acción de España en la historia, hoy nuestros parámetros mentales serían totalmente distintos: ni Europa hubiera sido como es, ni tampoco América. Y hablo del descubrimiento, pero también de la batalla de Lepanto, el derecho internacional y la Constitución de Cadiz, por poner ejemplos significativos del sello de España en el mundo.  En cambio, siendo como ha sido España un país que ha provocado mejoras y progresos en la comunidad internacional (con muchas sombras, por supuesto),  la idea de España sigue sin ser aceptada por algunos sectores importantes de nuestro país. Reivindicar a España debería ser lo revolucionario, y por el contrario, postular su ruptura o la indiferencia ante tan descomunal hecho histórico lo reaccionario y retrogrado. España es un factor de igualdad y la mejor garantía para estar en Europa y el mundo con los pies bien atornillados. Pero muchos en nuestro país no lo entienden.

En el lado de los que no celebran a España tenemos también al independentismo, y es aquí donde resalta la gran fortuna de no tenerse que ver sometido al absurdo de la matraca nacionalista-independentista, a padecer como desde la esfera de la política se gastan los recursos públicos en crear una idea nacional a base de amputar una parte importante de la realidad y de empobrecer  considerablemente la identidad completa de las personas. Es una fortuna que haya regiones donde las discusiones sean sobre los dineros dedicados a la dependencia, a la agricultura o al fomento del empleo,  y no sobre cúal es nuestro sustrato identitario más genuino. Es una fortuna poderse sentir  castellano, navarro, vasco, andaluz, catalán, valenciano, canario etc como formas de ser español, y a la postre europeo e iberoamericano,  sin ningún tipo de trauma, y es un privilegio, viendo lo que ocurre hoy en España, no  tener encima una administración o gobierno soplándote al oído lo que hay que sentir o como hay que ser.

De manera que el 12 de Octubre es un gran día y jamás me dolerá celebrarlo por mucho que me duela la situación en la que viven muchos de nuestros compatriotas que son, eso sí, la patria en primera instancia. Son también los primeros que no se merecen ser manipulados con discursos amputadores o reduccionistas. La patria es la gente, sí, pero la gente son  todas y cada una de las personas que la forman con todos sus sentimientos.