jueves, 28 de marzo de 2024 01:16h.

#EleccionesCasaBlanca

EEUU se dispone a elegir sin entusiasmo al "menos malo"

La demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump se enfrentan este lunes al último esfuerzo para mantener vivas sus aspiraciones de llegar a la Casa Blanca, en la última página de una campaña electoral histórica en Estados Unidos.

Después de algo más de un año de marchas y contramarchas, dramas inesperados y una serie sin precedentes de escándalos de todo tipo, para la ex secretaria de Estado y el polémico millonario llegó el momento de poner todas las cartas sobre la mesa. Al iniciar el último día de campaña, Clinton se comprometió a trabajar por la unión nacional, en caso de que llegue a la Casa Blanca.

"Tengo mucho trabajo para unificar el país. Quiero ser la presidenta para todos,para personas que votaron por mí y personas que han votado contra mí", dijo a la prensa.

Por su parte, en un acto público en Sarasota, Florida, Trump dijo que su victoria en la elección del martes representaría un golpe letal a lo que llamó el "establishment corrupto de Washington".

"Clinton está protegida por un sistema totalmente tramposo. Y ahora los estadounidenses harán justicia en las urnas", expresó, para añadir que quería que "el establishment corrupto de Washington escuche: si ganamos, vamos a drenar ese pantano". "¡Drenen el pantano, drenen el pantano!", gritaba la multitud.

Un 'maratón' de mítines en estados decisivos

El republicano, de 70 años tiene en la agenda de este lunes cinco mítines en cinco estados. Trump recorrió en las últimas horas unos 4.800 km con mítines en Denver, Sioux City, Minneapolis, Sterling Heights, Pittsburgh y Leesburg, antes de viajar al estado clave de Florida.

De los estados que albergan esas ciudades -Colorado, Iowa, Minnesota, Michigan, Pensilvania y Virginia-, sólo Iowa se inclina por el Partido Republicano, una señal de que Trump intenta conquistar en el último suspiro territorios demócratas para dar la sorpresa. Minnesota, por ejemplo, no ha sido republicano desde 1972.

La parte central de su mensaje populista en los actos del domingo fue el mismo: ahora o nunca, ha llegado el momento de que Estados Unidos rechace al establishment "corrupto".