sábado, 20 de abril de 2024 00:05h.

Al menos 29 muertos y 166 heridos tras un doble atentado en Estambul

El atentado se produjo contra un furgón policial junto al estadio del Besiktas y 27 de las víctimas son agentes

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El caos vuelve al centro de Estambul. Desde el golpe de Estado del pasado julio, la capital del Bósforo había disfrutado de calma y tranquilidad. Hasta ayer. Dos explosiones acabaron con las vidas de al menos 29 personas, informaron fuentes policiales. Respecto al número de heridos, el ministro del Interior, Mehmet Soylu, lo situó en al menos 166. El Gobierno empezaba anoche a publicar con cuentagotas datos sobre los fallecidos. De acuerdo con las primeras informaciones, 27 de las víctimas serían agentes de Policía. Diversos mandatarios turcos definieron el doble ataque como un «atentado terrorista».

Dos explosiones, una de ellas con un coche bomba, y la otra, un atentado suicida, se produjeron junto al estadio Vodafone Arena, hogar del histórico club Besiktas. El responsable de Interior confirmó que la primera de las explosiones, un coche bomba, tenía como objetivo causar el mayor número de víctimas entre los policías antidisturbios desplegados con ocasión del partido. Mientras que la segunda, «quizás se trataba de un suicida». En este caso podría haber tenido como objetivo a civiles en el cercano parque de Maçka.

Según las primeras investigaciones, el atentado habría ido dirigido contra la Policía antidisturbios que rodeaba el estadio

El actual campeón de la Liga turca, el Besiktas, había ganado por dos goles a uno al Bursaspor. La mayor parte de los aficionados habían abandonado ya las instalaciones cuando, alrededor de las 22.00 hora local, cerca de una hora y media después del término del encuentro, las explosiones sacudieron el ambiente festivo de un sábado por la noche.

Los agentes, pistola en mano

Numerosas ambulancias y vehículos de Policía se desplazaron al lugar de los hechos, en la parte europea de la ciudad. Los agentes acordonaron la zona y obligaron a retroceder a los periodistas y curiosos. Lo hicieron, incluso, pistola en mano. Las imágenes que se difundieron por las redes sociales mostraban largas columnas de humo y algunos focos de llamas. Tras la explosión el pánico cundió entre las personas que se encontraban en los alrededores. La potencia de la explosión hizo que fuera escuchada incluso en la céntrica plaza de Taksim, uno de los pulmones sociales de la ciudad.

Como ya es tradición después de un atentado en Turquía, el órgano responsable de supervisar los medios de comunicación dictó orden de censurar todas las imágenes sobre el ataque.

Nadie había reivindicado anoche el doble atentado. Diversos grupos armados han protagonizado atentados en Turquía durante los últimos meses. En un primer momento, las informaciones que señalaban a la Policía como objetivo del ataque apuntaban a una autoría de la milicia kurda del TAK (Halcones de la Libertad del Kurdistán). No obstante, en el caso de que el atentado suicida pudiera haber intentado causar víctimas civiles, el modus operandi se acercaría más a la metodología habitual de Daesh.

El doble ataque se ha producido el mismo día que el islamista AKP (Partido de la Justicia y el Desarrollo) -en el Gobierno-, junto al MHP (Partido de Acción Ultranacionalista), presentaba al Parlamento su borrador para reformar la Constitución y adoptar un sistema presidencialista, que daría a Recep Tayyip Erdogan mayores poderes ejecutivos. Después de las explosiones, el diario progubernamental «Akit» no tardó en llevar a portada el titular «O presidencialismo, o caos».

Rajoy expresa su solidaridad

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha expresado su solidaridad con las autoridades de Turquía y con todos sus ciudadanos tras el atentado suicida. «Ante la barbarie y el terror, unidad. Afecto, apoyo y solidaridad con el pueblo turco y sus autoridades en estos difíciles momentos», ha escrito Rajoy en su cuenta de Twitter tras conocer ese atentado.

Un año trágico

Este último ataque es un triste epílogo para un 2016 trágico en Turquía. Durante los últimos meses el país ha transitado un doloroso camino entre atentados, un golpe de Estado y una guerra en las provincias del sureste, de mayoría kurda. Estambul, la ciudad con mayor proyección internacional, con sus 15 millones de habitantes, no se ha salvado del terror. El año comenzó con un atentado en enero en la plaza de Sultanahmet, corazón turístico de la ciudad del Bósforo, en el que murieron once turistas alemanes.

En junio, otras once personas murieron en un ataque del TAK en Vezneciler, en el casco antiguo de la ciudad. Antes de acabar ese mes, el día 28, otras 41 personas murieron y más de 230 resultaron heridas en un atentado de Daesh en el aeropuerto Atatürk, la principal puerta de entrada para los turistas y visitantes extranjeros.