viernes, 29 de marzo de 2024 00:10h.

Juguetes impagables en calles sin luz: la Navidad en la Venezuela de Maduro

Después de mucho buscar, Gabriela y Carlos encontraron el carrito a control remoto que su hijo Gabriel deseaba para Navidad

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Después de mucho buscar, Gabriela y Carlos encontraron el carrito a control remoto que su hijo Gabriel deseaba para Navidad. Pero en sólo dos semanas, mientras completaban el dinero, la inflación que azota a los venezolanos tornó impagable el juguete.

Costaba 75.000 bolívares cuando lo vieron por primera vez, pero al volver al almacén había subido a 105.000, casi cuatro salarios mínimos.

El precio equivale a 156 dólares a la tasa oficial más alta, y a 38 dólares en la del mercado negro. Sin embargo, el sueldo básico en Venezuela es de apenas 40 dólares a la cotización oficial, y de 9,8 a la del paralelo.

La inflación, que según el FMI cerrará este año en 475% y se disparará hasta 1.660% en 2017, ensombrece la Navidad venezolana. Prácticamente devoró los cuatro aumentos del salario mínimo decretados por el presidente Nicolás Maduro en 2016.

“Hoy la plata no rinde”

Sin las luces y adornos que antaño daban colorido a la espera de Navidad y Año Nuevo, muchas calles de Caracas se ven vacías como en un feriado cualquiera, en vísperas de “la llegada del Niño Dios”.

“Va a ser una Navidad triste, sinceramente. Muy triste, pero pa’lante”, afirma Antonia Cabrera, abuela de Gabriel, de ocho años.

Es un fin de año muy distinto a los que recuerda Gabriela, acostumbrada a compartir en familia una buena cena, regalos y festejos. “Ni siquiera era diciembre y la gente esperaba con alegría. Hoy la plata no rinde”, se lamenta esta ama de casa de 29 años en su apartamento de El Valle, zona popular del oeste de Caracas.

Allí vive con sus padres, esposo e hijo, una familia de la golpeada clase media. Independizarse es impensable por la crisis, que se agravó con la caída de los precios del petróleo, reflejada en una aguda escasez de alimentos y medicinas.

Precarización

Los trabajadores venezolanos que ganan el salario mínimo reciben además un bono mensual de 63.720 bolívares (94,6 dólares a tasa oficial y 23,1 del mercado negro), intercambiables únicamente por alimentos y artículos de higiene.

El reajuste de ese bono suplementario, que se otorga mediante tickets y no en dinero efectivo, supera el reajuste del sueldo básico, por lo que los empleados ven casi estancadas sus prestaciones, como los aguinaldos, que Maduro ordenó pagar desde fines de octubre.

“Los bachaqueros (revendedores que proliferan por la escasez) ganan hasta cinco veces más que un profesional”, según el sindicalista Froilán Barrios.

Para Humberto García, presidente de la Academia de Ciencias Económicas de Venezuela, subir salarios para compensar la inflación “es una carrera perdida” si no hay cambios en el modelo económico centralista, que incluye un férreo control de cambios y de precios.

El alto costo de vida también impacta en la cena de Navidad y Año Nuevo.