viernes, 26 de abril de 2024 02:12h.

Bayona: «Está bien llorar, puede ser terapéutico. El llorar cura»

El director barcelonés presenta «Un monstruo viene a verme», una de las películas más esperadas de esta edición del Festival de Cine de San Sebastián

bayona-kFkD--644x362@abc
bayona-kFkD--644x362@abc

La cotización del director catalán Juan Antonio Bayona está tan al alza que ningún analista se atrevería a vaticinarle techo. Rodó «Lo imposible» tras dejar atrás «El orfanato», ambas un triunfo comercial a cual más mayúsculo, y ahora ha pasado por el Festival de Cine de San Sebastiánpara presentar «Un monstruo viene a verme» (se estrena en España el 7 de octubre). La premisa inicial de esta fábula es tremenda: un niño, al que pegan palizas en el cole, debe encarar la inminente muerte de su madre. Y por su transcurso aparece un monstruo enorme, bajo el que está Liam Nesson, para «contar un mensaje accesible en el que la masa viera que las cosas pueden ser blancas y negras al mismo tiempo».

¿Había presión después de «Lo imposible»?

- Después de «Lo imposible» y «El orfanato» estaba muy interesado en saber por qué habían tenido ese éxito. Empecé a leer sobre cómo funcionan las historias y por qué funcionan. Recuerdo leer a Joseph Campbell y Bruno Bettelheim, que tiene un libro muy interesante sobre el psiconálisis en los cuentos de hadas. Era como si alguien te cuenta el significado de un sueño, esa clase de revelación. Y en ese momento apareció el libro de «Un monstruo viene a verme». Me gustó mucho la analogía entre la necesidad que tiene Connor (el niño) de contar la verdad y la necesidad que tiene un director de contar la verdad y expresarla.

¿Cómo se maneja material tan sensible?

- Lo que intenté fue encontrar luz al final del túnel.

¿Es una fábula sobre aprender a aceptar la realidad?

- Me interesaba mucho la dialéctica entre el sí y el no, que las cosas no tienen por qué ser o blancas o negras. En un mundo actual en el que a la masa se le dice cada vez más que las cosas tienen que ser así, me interesaba contar un mensaje accesible en el que la masa viera que las cosas pueden ser blancas y negras al mismo tiempo. Ahí juegas en un equilibrio entre hacer un mensaje que sea accesible y dejar el suficiente espacio para que el público tenga su propia interpretación. Ahí reside lo humano, cuando algo es y no es al mismo tiempo.

¿Cómo se planteó la creación del monstruo?

- Una de mis preocupaciones fue la de que el monstruo tenía que estar recreado por efectos especiales pero no podía llamar la atención por encima de la historia. Intentamos hacer un monstruo muy simple, un ideal de pureza masculino, ya que representa el hombre en el que se va a convertir Connor. También les hablé de «El coloso» de Goya, que es un señor mayor, musculoso y desnudo.

La película tiene mucho trasfondo, con conceptos como la culpa, los remordimientos, el dolor, la pérdida,? ¿Cómo conseguisteis explicarle eso al niño?

- El niño fue el mejor de un casting extensísimo, ya que carga con toda la película sobre sus espaldas y había que estar muy seguros. Y lo que hacía a Lewis MacDougall especial es que los momentos más emocionantes los llevaba a la rabia en lugar de la emoción, y eso me pareció muy interesante. Porque el personaje tiene una agresividad creciente. Y eso se notaba en la mirada, había una mirada conflictiva.

Estamos en un momento de nostalgia audiovisual de los 80. ¿La película busca sacar al niño que llevamos dentro?

- Se puede ver en el cine que hago, es evidente la influencia, pero lo importante es la historia mucho más que el cine de los 80. Me gusta la novela de Patrick Ness por la seriedad con la que se toma el mundo de los niños. Él tenía los derechos y cuando vio «Lo imposible» vio que ahí había una persona que se toma el mundo de los niños en serio. Hay directores que se han tomado el mundo de los niños así, y para mí son una inspiración. Spielberg está claro, pero Truffaut tiene películas maravillosas sobre el mundo de los niños. O Jack Clayton.

¿Cómo consigue que Liam Nesson haga de monstruo gigante?

- Cuando hablé con él la primera vez noté que había mucho interés porque la historia le tocaba de cerca. Creo que tiene un hijo de la edad de Connor. Hay veces que las películas tocan a los actores porque tienen que ver con su vida y sus temas personales.

¿Qué siente al ver llorar a alguien con su película?

- No pienso en el público cuando hago una película más de lo que pienso en mí mismo. La película iiene una base muy extrema y dura: contar a los niños el significado de la pérdida. La emoción es el bálsamo, y está bien. Está bien llorar, puede ser terapéutico. El llorar cura. A mí me interesa más que la emoción, que es el bálsamo y hace que esta historia sea asimilable por el público, el poso que deja. Mi deseo es que la película crezca y se vayan a casa con ella.