miércoles, 24 de abril de 2024 00:02h.

Junqueras se enroca y le dice a Sáenz de Santamaría que el referendum de independencia se celebrará

La reunión entre la Soraya Sáenz de Santamaría y Oriol Junqueras vuelve a poner de manifiesto la enorme distancia en los planteamientos. El independentismo sigue adelante con su plan.

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El País

El desenlace de la reunión era previsible desde el momento en que la vicepresidenta avisó a los periodistas, antes de entrar en la sede del Departamento de Economía de la Generalitat, de que su posición es sobradamente conocida: que el Gobierno central no puede negociar la consulta porque no puede disponer de la soberanía, que pertenece a todos los españoles, y porque, además, está en la línea de los Tribunales Constitucionales de otros países de la UE. “Un Gobierno puede hablar de lo que puede hablar. Y el de España, igual que el alemán o el italiano, no tiene capacidad para decidir porque corresponde al conjunto del pueblo español”.

Junqueras abordará también el aumento de la deuda de España y la hucha de las pensiones

La vicepresidenta aludió así a la reciente sentencia del Tribunal de Karlsruhe que señala la imposibilidad de que se pueda celebrar un referéndum independentista en Baviera. “Los tribunales de diferentes Estados de la UE han dejado muy claro lo que se puede y no se puede hacer con un referéndum de autodeterminación”, dijo Sáenz de Santamaría.

Su negativa fue tan meridiana como la conclusión que sacó Junqueras una vez concluido el encuentro, cuando sentenció que “el Gobierno español se va hoy plenamente convencido de que habrá un referéndum en Cataluña porque nosotros haremos todo lo que sea necesario”. El número dos de la Generalitat aseguró que “no condicionará la celebración del referéndum el hecho de tener un permiso”. Y remachó: “No vamos a renunciar al derecho a decidir a cambio de pedir permiso al Gobierno del PP”.

Las dos posiciones, diametralmente opuestas, dificultan enormemente la operación diálogo impulsada por La Moncloa. Fuentes próximas a la vicepresidenta reiteraron que no piensan negociar bajo ningún concepto el referéndum y que confían en que la Generalitat colabore con ellos porque tienen proyectos importantes para Cataluña. “Tenemos las dos partes la obligación de colaborar”, dijo Sáenz de Santamaría en asuntos que atañen a los catalanes como la sanidad, la financiación o las infraestructuras. Por ello, invitó a Carles Puigdemont a participar en la Conferencia de Presidentes del próximo día 17 porque no será solo un foro de debate sino de toma de decisiones en asuntos que afectan a todas las comunidades.

Junqueras recalcó que no debía “sorprender” a nadie la decisión inapelable de la Generalitat de celebrar el referéndum y de apurar los plazos para que se haga de forma pactada. Pero su decisión está tomada. La buena relación que mantiene con la vicepresidenta no evitó que, como sucedió hace una semana en la reunión entre el ministro Íñigo de la Serna (Fomento) y el consejero de Josep Rull (de Territorio), el encuentro culminara sin acuerdos.

Cordialidad

La reunión, celebrada a petición de Junqueras, se desarrolló, según ambas partes, de forma cordial. Y tuvo dos fases: la primera se centró en el referéndum y, la segunda, en analizar las 45 reivindicaciones que el Gobierno catalán ha planteado a La Moncloa. Al margen de sus discrepancias sobre el referéndum, ambos políticos realizaron un balance desigual respecto al otro paquete. La vicepresidenta se mostró optimista y deslizó que algunos puntos ya se habían resuelto —plan de inversiones en infraestructuras o la posibilidad de llegar a un acuerdo sobre la ley de la unidad de mercado—, mientras Junqueras fue más escéptico. Se refirió básicamente al plan del Gobierno de convalidar un decreto ley sobre el bono energético. “Es lo que llevaron al Constitucional y ya lo tenemos resuelto”, dijo. Fuentes próximas al dirigente republicano señalaron haber quedado decepcionados por la falta de propuestas concretas a sus planteamientos, desde el referéndum a otras reivindicaciones. No fue mejor tampoco la conclusión final que extrajo el Gobierno central al constatar el inmovilismo de la Generalitat. Pese a todo, Junqueras no dio por cerrada la posibilidad de diálogo y se mostró dispuesto a mantener los encuentros.