Junqueras ha redactado las cuentas tratando de contentar a sus socios antisistema aumentando los impuestos (+181 millones), destinando un mayor gasto a las políticas sociales (+1.170 millones) y, sobre todo, explicitando su compromiso con el referéndum. «El Govern tiene que habilitar las partidas para garantizar los recursos necesarios en materia de organización y gestión para hacer frente al proceso refrendario sobre el futuro político de Cataluña en el marco de la legislación vigente en el momento de su convocatoria», dice la disposición adicional 31 del proyecto de presupuestos.

Saldar la deuda pública

La inclusión de los mencionados 5,8 millones se produjo 48 horas antes de la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), que el Ministerio de Hacienda ha convocado para mañana con el objetivo de abordar, entre otros asuntos, los objetivos de estabilidad presupuestaria y de deuda pública para las comunidades autónomas. Junqueras dejó en el aire su participación y se limitó a decir que comunicará su presencia «tan pronto» tome una decisión al respecto.

Al vicepresidente catalán se le preguntó por la presumible impugnación de los presupuestos, pero se mostró esquivo y evitó aclarar si el Govern maneja algún tipo de plan B para hacer posible la votación de autodeterminación. «Que nadie tenga dudas de que haremos lo que toque para cumplir el mandato de las elecciones del 27 de septiembre», afirmó, tajante, Junqueras para diluir cualquier interpretación parecida a la de una marcha atrás.

El vicepresidente se descolgó en este punto con un breve soliloquio para teatralizar su firmeza. «¿Alguien cree que dejaremos de hacer lo que tenemos que hacer por mandato? ¿En serio? ¿Alguien en esta sala cree que no haré todo lo necesario para cumplir el mandato de los catalanes? Haré todo lo que pueda y más y estoy convencido de que podré hacer todo lo necesario y lo que toca», aseguró el dirigente de ERC.

Referéndum al margen, Junqueras insistió durante su presentación en que el proyecto de presupuestos tiene un gran acento social, un argumento que enfatizó para tratar de acorralar a la CUP. Para granjearse el apoyo de los anticapitalistas y evitar que frustren las cuentas por segundo año consecutivo, el Govern ha aumentado el gasto social –particularmente en términos relativos–. Sin embargo, un repaso a los presupuestos de cada conselleria pone en evidencia que el departamento que mayor crecimiento experimenta es el de Exteriores, sólo superado por Agricultura.

Así, la conselleria de Asuntos y Relaciones Institucionales y Exteriores tiene previsto un incremento de gasto de un 88 por ciento con respecto a 2015, ya que pasará de 34 millones de euros a 64 millones. El aumento contrasta con los de otras consellerias como las de Educación –de 4.821 millones de euros a 4,443 millones (+8 por ciento)–, Salud –de 8.807 millones de euros a 8.399 millones (+5 por ciento)– y Trabajo, Asuntos Sociales y Familia –de 2.872 millones de euros a 2.593 millones (+11 por ciento)–.

De este aumento del gasto en la conselleria de Exteriores, destaca el incremento de inversión en las delegaciones en el extranjero del Govern. Las «embajadas» recibirían una inyección de 6.550.000 millones de euros en 2017, lo que supondría un aumento del 118 por ciento con respecto al año 2015 –cuando se destinaron 3 millones de euros– y del 31 por ciento con respecto al proyecto de presupuestos no aprobado de 2016 –se iban a destinar 5 millones-. El Diplocat, por su parte, recibirá un total de 2,1 millones de euros.

Una financiación dependiente del Estado

Cataluña es la región que más aporta al Producto Interior Bruto de España: concretamente el 18,9%, una décima más que Madrid, según el informe elaborado por el Círculo de Empresarios sobre los últimos veinte años. La diferencia entre una comunidad y otra es que Madrid ha ido ganando peso específico en España a una velocidad tres veces mayor que Cataluña (15%, frente al 3,2%).

Los últimos datos indican que Cataluña ha crecido en tasa interanual un 3,3% en el tercer trimestre del año, una décima más que el conjunto de la economía española. En relación con el segundo trimestre, el PIB catalán ha crecido un 0,7%, como el español.

La agencia de calificación Moody’s publicó a mediados de año un informe sobre Cataluña en el que destacaba la fuerte dependencia que tiene la región del Estado, hasta el punto de señalar que Cataluña era una de las regiones más beneficiadas por la recuperación de la economía española. Para Moody’s, gracias a la recuperación Cataluña va a poder reducir su elevadísima deuda y el déficit, su dos mayores problemas. La deuda de la región ascendía en el segundo trimestre de este año a 74.757 millones de euros, lo que equivale al 36% de su PIB. En los últimos doce meses ha aumentado en nada menos que 8.165 millones. En cuanto al déficit, la comunidad cerró el pasado año con una desviación en sus cuentas del 2,7%, la mayor de todas las regiones. Gracias al Fondo de Liquidez Autonómico y a la garantía del Estado, Cataluña puede financiarse en unos mercados a los que por sí sola no tendría acceso.