jueves, 28 de marzo de 2024 00:00h.

El 4% y el final político del gran embaucador

Las últimas revelaciones sobre el entramado corrupto que  giró en torno al pujolismo y a su hijo político aventajado, Artur Mas, hacen inviable la resurrección del personaje.

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Quico Sallés/LaVanguardia

Ocho meses después del congreso fundacional del PDeCAT, la formación se encuentra inmersa en una profunda crisis a raíz del juicio del caso Palau y el acoso judicial por el caso 3%. Una crisis que la mayoría de la dirección quiere atajar con un nuevo sacrificio del líder, Artur Mas. “Hay que matar de nuevo al padre, pero no sabemos cómo”, señalan a La Vanguardia fuentes de la dirección de la formación heredera de CDC que ven “inviable” la continuidad de Mas, como en su día ya hicieron con Jordi Pujol.

Para la nueva dirección, los testimonios del caso Palau y las declaraciones de Fèlix Millet Jordi Gemma Montull así como las investigaciones del caso 3%, comprometen la consolidación del nuevo partido, no permiten el crecimiento de Marta Pascal David Bonvehí como colíderes del partido, fagocitan el proceso soberanista y debilitan la posición del PDeCat en JxSí facilitando la pinza de ERC y la CUP sobre los planteamientos de los diputados de la nueva formación.

“Mas mató al abuelo y a nosotros nos tocará matar al padre y a los tíos”, señalan. Otros miembros de la dirección optan por el símil futbolístico. “Mas debería hacer como Luis Enrique, anunciar la retirada, dar oxígeno al equipo y facilitar la remontada”, detallan para justificar una decisión que todos coinciden a describir como difícil.

Una larga semana

La ejecutiva nacional del partido se reunió con carácter de urgencia el miércoles por la noche en la sede del partido. No estaba al completo por los compromisos de agenda de alguno de sus integrantes, y tampoco asistió Artur Mas. En esta reunión se empezó a notar el malestar general con la situación.

El argumento que “dos octogenarios mienten para salvar los muebles ante la justicia” no acabó de convencer a la nueva dirección de Marta Pascal, que ven enrocado a Mas en un intento de reaparecer en la escena pública como un candidato.

Una opción alentada en el mes de enero cuando Puigdemont anunció que no quería ser candidato a president. Entonces, la “opción menos mala” que se puso sobre la mesa fue la de Mas como cabeza de lista por Barcelona y Puigdemont, candidato por Girona. Posibilidad que se acrecentó con el juicio por el 9N.

Sacrificio, no una carnicería

La opinión que ganó más adeptos entre el sanedrín del nuevo partido fue asumir que no se andarán con remilgos si hay que sacrificar a quien sea para marcar distancias con la vieja guardia del partido, acosada por los escándalos y por la sangría electoral de los últimos años. Pero la fórmula de cómo hacerlo no está clara, y menos aún con la resistencia que ofrece Mas a abandonar la política activa. “Nadie quiere una carnicería, ya tenemos bastante con la que está cayendo”, aducen.

“No hay que mirar demasiado atrás: hemos pasado de 62 diputados a finales del 2010 a justo los treinta el 27S, se han hecho mal muchas cosas”, apuntan fuentes de la dirección dispuestas a hacer tabla rasa. “A muchos les cuesta demasiado marchar, les cuesta mucho”, subrayan otros miembros de la dirección molestos con el equipo más fiel de Mas y con el propio expresident.

Encuentro con Gordó

El jueves continuaron los contactos de Pascal y David Bonvehí como principales caras de la ejecutiva. Incluso Bonvehí departió un buen rato con Germà Gordó. De hecho, la misma dirección admite que la plataforma que el exconseller de Justícia lidera en el PDeCat, Nova Convergència, se ha mostrado muy leal al nuevo mando del partido. Por otro lado Gordó, les afeó el poco -por no decir nulo- apoyo recibido por parte de la dirección.

Estos últimos días los cuadros territoriales y sectoriales del partido insisten a Pascal y Bonvehí que ellos dos nada tienen que ver con los entresijos en el núcleo que llevó a Mas a la presidencia.

En estas reuniones incluso hubo momentos de tensión entre Pascal y Bonvehí para decidir cómo actuar ante el atrincheramiento de Mas demostrado este viernes en una entrevista en RAC1. “La presidencia del nuevo partido no he pensado en dejarla”, le dijo a Jordi Basté. “¿Qué quieren, que lo deje todo? Debo de molestar mucho, ¿no?”, retó en la entrevista. El responsable de organización del partido ha demostrado cierta efectividad neutralizando opositores aplicando la misma fórmula que utilizó para reorganizar su federación comarcal, el Bages.

Las cábalas con el 9N

Una de las opciones que hay sobre la mesa es aguantar el chaparrón mediático y judicial unas semanas y que la decisión de Mas sea de propia voluntad apoyado por las circunstancias.

Las cábalas dentro del war-room de PDeCat juegan con diversas variables a la vez. Los cálculos temporales apuntan a que este mes de marzo habrá sentencia del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya con una probable inhabilitación de Mas.

Un posterior recurso ante el Tribunal Supremo se resolvería rápidamente, antes de finalizar el mes de junio. Un calendario que complicaría la vuelta de Mas como candidato, le permitiría una retirada causada por un hito memorable como el 9N y evitaría una imagen de Brutus contra Julio César por parte de la dirección que en su día se consensuó con Mas.

Un plan que otros ven demasiado largo en el tiempo político actual. De hecho, otros apuestan por mantener la calma e invitar a Mas una salida digna, destacando su hoja de servicios como el líder que aguantó la travesía del desierto, sacó las urnas el 9N, fue procesado por el Estado, convocó unas elecciones plebiscitarias que ganaron los independentistas y dio el famoso “paso al lado” para facilitar una legislatura que debía ser histórica.

Conesa y Vila, protocandidatos

Una virtual retirada de Mas abriría un proceso de primarias en la formación que tiene detractores y defensores. En la línea crítica, los que están convencidos de que el partido todavía no está maduro para un proceso electoral interno. “No sabemos si las cicatrices estan cerradas todavía”, señalan.

En la línea de los defensores, apuestan por las virtudes de unas primarias que darían credibilidad al proyecto nuevo, pondrían en el escaparate nuevos futuros líderes y situarían al partido en el centro mediático político.

En estos momentos, dos nombres apuntarían como candidatos. Mercè Conesa, que ganó las elecciones a presidir el consell nacional, o Santi Vila, actual conseller de Cultura que perdió la batalla precisamente con Conesa.

Algunas voces habrían apuntado también a Pascal, pero ésta ha dejado claro que ahora no sería el momento. En las quinielas también entra la consellera Neus Munté, que podría dar el paso. La confianza en los nuevos cuadros del partido y la amplia cartera de 431 alcaldes podría facilitar la emergencia de nuevas candidaturas como el presidente de la Associació Catalana de Municipis, Miquel Buch.

La substitución de Mas en la presidencia del partido

Una virtual retirada de Mas requeriría un nuevo “congreso” para elegir presidente. Pero la dirección recuerda que un congreso en el nuevo partido puede consistir en un “supersábado” con la votación de quien se presente como copresidente. Al ser un cargo institucional, nadie duda de que Pascal y Bonvehí pedirían a Puigdemont que se presentara. ¿Quién se iba negar?”.