viernes, 29 de marzo de 2024 14:58h.

Así se vive la Semana Santa en los ayuntamientos gobernados por el populismo

Colau reduce la implicación de su ayuntamiento a la mínima expresión y Ribó no participa en ningún acto

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ABC

Diferenciar entre lo político y lo religioso. Muchos de los denominados «alcaldes del cambio» han mostrado desde su llegada al poder una especial tensión con los festejos de caracter religioso en su ciudad, especialmente en las fechas de Semana Santa. El año pasado, 'Kichi' renunció a presidir su cofradía en Cádiz, el ayuntamiento de La Coruña redujo costes y en algunas zonas de Barcelona se prohibió a los legionarios participar en la procesión del Cristo de la Buena Muerte.

¿Y este año? La implicación de los consistorios es muy diferente. Mientras Colau reduce a la mínima expresión cualquier implicación de su ayuntamiento, en otras ciudades como Zaragoza o Valencia apenas se ha notado la llegada de los populistas.

Barcelona

En Barcelona, la celebración de Semana Santa es cada vez menor, al menos en lo que hace a actos institucionales. La alcaldesa Ada Colau, en el Ayuntamiento desde mayo de 2015, tiene como uno de sus pilares culturales la pluralidad y diversidad religiosa y ello conlleva que el consistorio ha dejado de tener un papel importante en los actos cristianos de estas fechas.

Ni la alcaldesa, que ya dejó la Fiesta Mayor de la ciudad sin celebración religiosa oficial, ni su equipo de gobierno tienen protagonismo en estas fiestas. Fuentes municipales recuerdan a ABC que desde hace unos cuantos años, en Barcelona los actos de Semana Santa están organizados y promovidos por las entidades culturales y religiosas y hermandades de la ciudad. «Nosotros les ayudamos en todas las cuestiones logísticas y de orden, como licencias, cortes de tráfico...», inciden desde el Ayuntamiento.

La presencia institucional en estos actos, así, es prácticamente inexistente. Aún así, desde el consistorio confirman que ha habido representación municipal en el pregón de esta Semana Santa. El pasado sábado 1 de abril se celebró el tradicional concierto de Pascua, en esta ocasión en la Sagrada Familia. El consejero catalán de Cultura, Santi Vila, no faltó a la cita y por parte del Ayuntamiento también hubo representación institucional, aunque con ninguna figura de primer nivel.

Valencia

Las celebraciones de la Semana Santa en Valencia se concentran en los Poblados Marítimos, donde la tradición está a prueba de coyunturas políticas. El programa de procesiones de la Semana Santa Marinera de Valencia, con peculiaridades únicas en toda España con la participación de personajes bíblicos, se ha mantenido sin cambios tras el cambio de gobierno en el Ayuntamiento.

De hecho, algunos integrantes del Ejecutivo municipal, como la primera teniente de alcalde, Sandra Gómez, del PSPV-PSOE, participan en las procesiones. En el caso de la portavoz socialista, forma parte de la Hermandad del Cristo de la Palma.

La única diferencia entre el actual gobierno que forman Compromís, el PSPV y València en Comú respecto al del PP es que ni el alcalde, Joan Ribó, ni el concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, toman parte de las procesiones. El primero presenció el año pasado el Desfile de Resurrección desde el balcón de un vecino, mientras que el segundo las presencia desde la tribuna de autoridades.

Este año, además, Pere Fuset ejerció de pregonero de la Semana Santa Marinera. Su elección por parte de la Junta Mayor no estuvo exenta de controversia, toda vez que el Ayuntamiento aprobó este año una moción laicista para suprimir los símbolos religiosos de los espacios públicos de la ciudad.

La iniciativa dejó al margen las celebraciones de la Semana Santa, que un año más discurren por las calles del Marítimo. Incluso, el Consistorio ha lanzado una campaña de promoción de la segunda fiesta por número de participantes de la ciudad, solo superada por las Fallas.

Galicia

Las Mareas gallegas van superando sus errores iniciales respecto a la Semana Santa, cuyo valor cultural y su relevancia entre buena parte de sus vecinos no supieron calibrar. Persisten algunas actitudes de indiferencia, pero las relaciones entre los colectivos cofrades y los alcaldes se han normalizado durante los últimos meses.

El caso que mejor lo ejemplifica es el de Ferrol, donde gobierna en minoría la coalición Ferrol en Común, formada por militantes de IU, los nacionalista de Anova y miembros de Podemos. Su único apoyo en el Ayuntamiento, tras haber roto con el PSOE, son dos concejales socialistas consideradas tránsfugas por sus excompañeros. El regidor, Jorge Suárez, protagonizó sonados enfrentamientos con las hermandades tras llegar al poder en 2015 y amenazar con eliminar cualquier apoyo público, especialmente el económico, y realizar declaraciones con las que los cofrades, que hacen posible una celebración considerada de Interés Turístico Internacional, se sintieron menospreciados.

La situación se ha reconducido y, aunque el alcalde ha decidido no participar en las procesiones, el trato es hoy cordial. No obstante, la guía de propuestas turísticas y de ocio que el Consistorio edita para promocionar distintos museos, rutas o actividades en esta ciudad gallega ha excluido este año las procesiones, cuyas horarios, recorridos y otros detalles quedan confinados a las publicaciones editadas por la Junta de Cofradías.

En cuanto a Santiago, en los últimos días se ha evidenciado otra rectificación. A finales de 2015, y a propuesta del PP, el pleno municipal aprobó una iniciativa para solicitar a la Xunta que la Pasión compostelana sea declarada de Interés Turístico de Galicia. Salió adelante con los votos de populares y socialistas. Compostela Aberta, la marea que encabeza Martiño Noriega, se abstuvo. El BNG votó en contra. Sin embargo, la pasada semana, la edil de Turismo, Marta Lois, ofreció una rueda de prensa junto al presidente de la Junta de Cofradías local para avalar esta petición al Gobierno autonómico. La comparecencia incluyó elogios hacia los desfiles y el reconocimiento de su arraigo.

En la tercera de las principales ciudades de Galicia gobernada por las Mareas, La Coruña, la Semana Santa no es una celebración tan multitudinaria como en las dos anteriores. No obstante, sus cortejos no podrán contar con la banda de música municipal ni con policías locales vestidos de gala por decisión del alcalde, Xulio Ferreiro.

Aragón

En Aragón se mantiene la Semana Santa de forma idéntica a como antes de que la órbita de Podemos aterrizara en el gobierno del Ayuntamiento de Zaragoza. La capital mantiene las mismas procesiones y actos religiosos que de costumbre, y su idéntico desarrollo. De ello se encarga la Junta Mayor de Cofradías de Zaragoza, cuyo programa de procesiones es promocionado por el Ayuntamiento a través de su página web dedicada al turismo de la ciudad. En Zaragoza, durante estos días, tienen lugar 48 procesiones en la que participan más de 16.000 cofrades, manteniendo así viva una tradición que hunde sus orígenes más de 700 años atrás.

Sevilla

El Sevilla, donde el PSOE gobierna en minoría gracias al apoyo de Ciudadanos y de los concejales de Participa e IU, nada perturba políticamente el desarrollo de la Semana Santa. Es más, el alcalde socialista Juan Espadas se reconoce como creyente y tiene una estrecha relación con las cofradías. Su delegado de Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, es felicitado no solo por su dedicación sino por expresar públicamente su condición de católico, como hizo el pasado Domingo de Pasión cuando presentó al pregonero de la Semana Santa Alberto García Reyes. Cabrera, en su discruso reiteró que el Ayuntamiento mantendrá en el escudo de la ciudad el título de Mariana, junto a los de Muy Noble, Muy Leal, Muy Heróica e Invicta.

El título de Mariana, reflejo de la devoción de la ciudad a la Virgen María, data de 1946 y fue otorgado tras una petición realizada por la Hermandad de San Bernardo. IU había solicitado que se eliminara ese título, así como que se modificara el escudo que preside la imgen del Rey Fernado III flanqueado por los obispos San Isidoro y San Leandro, por parecerle «reaccionario» y en aplicación de la Ley de Memoria Histórica, ya que el otorgamiento del título tuvo que ser refrendado por Franco.

En Cádiz, ciudad gobernada por Podemos gracias al apoyo del PSOE, tampoco hay problemas relevantes en la relación del Ayuntamiento y las hermandades y cofradías, amén de algunas diferencias por las ayudas municipales y por la ausencia de miembros del Gobierno municipal en actos en los que era tradicional la presencia de representantes institucionales, como ocurrió el pasado año cuando el alcalde no cumplió la tradición de entregar el bastón de la ciudad al Nazareno, Regidor Perpetuo de la ciudad. El alcalde, José María González «Kichi», no formó parte de la comitiva oficial de esa cofradía del Jueves Santo, pero sí acudió a título particular portando una vela acompañando a su madre, devota del Nazareno. Esa curiosa relación del alcalde y las cofradías gaditanas se ha puesto de manifiesto este año cuando se ha ofrecido a mediar con el Consejo Local de Cofradías después de que la Hermandad del Perdón anunciara que no haría estación de penitencia en la Madrugada por «causas de fuerza mayor» y «motivos ceconómicos».